A veces estoy bloqueado completamente básicamente por el simple hecho de carecer de unos de los más grandes amores que el hombre pueda tener para algunos será DIOS para otros EL UNIVERSO y para muchos quizás EL VACIO este último es el peor.

Cuando pretendo escribir, veo, escucho, medito, siempre fue así, por otro lado, cuando analizo la política peruana desde que tengo uso de razón lo que más me agrada es que puedo expresarme libremente sin que un militar o un dictador me impida este derecho universal.

En ese sentido, me llama la atención cuando el actual Presidente del Perú el Señor Castillo Terrones en una posición infantil le ha declarado la guerra a la prensa privada sobre todo a los grupos de poder en este sentido, específicamente al grupo El Comercio o al grupo del diario La República quienes tienen el 85% del control de los medios si es que no me quedo corto.

la última entrevista concedida por el mandatario peruano a un periodista local del canal del estado ha significado el inicio de una muestra que no quiere declarar a la prensa de los medios privados sea del grupo el comercio o la república.

desde el inicio de su campaña cuando salió a verificar que en plena Avenida Javier Prado del distrito limeño en los paneles de medios publicitarios en donde lo acusaban de terrorista o de un futuro comunista y encaro a los periodista que lo seguían para que ellos investiguen quienes eran los responsables de dichas mentiras,  desde ese momento el divorcio se había iniciado y han transcurrido más de 100 días y solo a través de sus redes sociales se expresa lo que viene haciendo o ha dejado de hacer sin brindar una entrevista radial, televisa o medio impreso de propietarios privados.

La libertad de prensa, de expresión, de pensamiento son y serán siempre un pilar para que toda sociedad civilizada exponga sus ideas y sus argumentos sin que estos sean impuestos pero en el caso de un Presidente de la Republica tiene un deber de comunicar sus intenciones y sus planes a toda la sociedad oposición o aliados en ese sentido lo que los medios de comunicación privado exigen está bien definido y el Presidente Castillo debe asistir a esas entrevista que seguramente no serán nada gratas pero que necesitan saber su versión de una fuente directa, como él mismo.