Una semana dura se ha vivido en Venezuela desde la preparación para la elecciones hasta la fecha  y no solamente será una semana sino que los días venideros serán muy duros  porque la proclamación a la presidencia por parte de Nicolás Maduro desconociendo la voluntad popular ha sido el detonante para una serie de protestas que si no tienen un control medido puede terminar en desgracia popular.

El único camino que tiene Maduro es irse o reprimir pero hasta la fecha su intención es quedarse en el  poder y defenderse de su propio pueblo a sabiendas que si demite la espera juicios de lesa humanidad y prisión quizás perpetua.

El gran problema que los venezolanos tienen es que la democracia es inexistente y esa razón no les permitirá sacar a Maduro del poder, en otros países donde gozan de cierto signos de democracia es posible presionar para sacar a un presunto presidente pero no es el caso del país petrolero.

Todas las dictaduras han caído por presión fuerte y el pueblo venezolano si quieren su libertad e independencia tendrán que pagar un precio alto para sacar a Maduro del poder.

La comunidad internacional tendrá que apoyar fuertemente no solo en sentido de deseos o palabras sino tendrá que tomar ciertas acciones estratégicas por ejemplo como el congreso americano ha propuesto de una captura internacional u otra medida extrema. 

Una situación sumamente difícil para todos los venezolanos amantes de la libertad en su patria y para aquellos que se encuentran fuera de ella.